lunes, abril 22, 2013

El ANgeL AUstrALiaNO


Este mundo puede ser un sitio realmente hostil, sobre todo si no tienes una buena base familiar detrás de ti  y si a eso le sumas una situación de guerra, se convierte en algo desastroso. Este chaval en el siguiente vídeo nos cuenta la historia de su vida, habla de su madre como un ángel Australiano (no me extraña!!) y nos canta el "Imagine" del gran John Lennon. Muy grande.......

miércoles, abril 17, 2013

JOseTXo BItxo


Ayer hacia el mediodia recibí la noticia de que ha muerto el Bitxo de Burlata. Un rato después, al llegar a casa,  inmediatamente me meto en Internet para ver las noticias y realmente veo que un montón de medios se están haciendo eco de la noticia.
El Bitxo era un artista adelantado a su tiempo, una estrella del rock de puta madre, jamas cambió de actitud ante la vida ni en las horas mas bajas de su carrera. Hacía unos cuadros cojonudos y musicalmente ahí esta su legado. A día de hoy puedes pinchar In Bitter Pink la segunda obra de Los Bichos y automaticamente te llevará a otros sitios... a otro tiempo... es música que quizás este de moda dentro de 50 años (quien sabe); no me extrañaría nada.
Así hablaba Josetxo de esos días:  "Cuando estábamos en la segunda tanda de grabación de Bitter Pink ya sabía que ésta era una historia que se acababa. Oihuka se había desmembrado y los miembros del grupo se fueron cada uno para su monte y algunos de esos montes estaban llenos de pinchos. En las últimas actuaciones sólo venían doce personas a vernos. Fue un intento desesperado por acabarlo y dar portazo. Nosotros dejamos de aguantarnos, cosa muy normal en los grupos, sobre todo siendo tan temperamentales como éramos. Lo peor fue no sacar lo mínimo para seguir dignamente. Fueron demasiados 'no' a todo. Es la historia de mi vida”.


Tuve el placer de conocer al Bitxo hace unos cuantos años al tener amigos en común, hasta llegamos a compartir mesa en una boda. En alguna ocasión vino a ver  a Los Hurakanes y terminamos en el Black charlando de música entre cervezas y Ducados. Esa noche me dijo que  le gustaba como tocaba la guitarra y me sentí orgulloso, pero no entendía que hacia tocando en Skalariak... me imagino que odiaba el Ska, cosa que no me extrañó en absoluto viniendo de él. Por mi parte recuerdo que le decía "Tío, ¿por qué no te montas una banda en condiciones y dejas ya ese rollo con cajas de ritmo?". Entonces empenzaba a contar que si este guitarra no se que.. que si el bateria no se cuanto... En aquella época Josetxo subía a los escenarios solo acompañado de una caja de ritmos y su guitarra; lo vi un par de veces y no estaba mal, pero echaba de menos verle al frente de una banda como en los tiempos de Los Bichos. Espero que ahora  junto a Asio monten algo bien potente en otra dimensión.

Despido esta entrada con un tema de su primera banda TENSIÓN. Nunca llegué a verlos en directo, por aquel entonces era un crio, pero conservo una de sus maketas como oro en paño.
AMANECE EN METAL CITY!!!!!!!!

miércoles, abril 03, 2013

JeaN LafItTe por PAtxI IruRzUN


Conocí al escritor Patxi Irurzun hace muchos años cuando los dos trabajábamos en una fabrica de porcelana. Allí pasábamos mañanas, tardes y noches, hasta algún fin de semana cuando tocaba, entre platos, fuentes y tazas de café.... Más tarde la empresa cerró sus puertas y los dos seguimos nuestro camino con nuestras inquietudes artísticas a cuestas y volviendo a trabajar en cualquier agujero laboral cuando la necesidad económica lo ha requerido.
Patxi Irurzun
El año pasado me puse en contacto con Patxi con la idea de hacer una letra para una música totalmente tabernaria en la que estaba trabajando. Así nació Jean Lafitte, una de las canciones incluidas en el tercer disco de Vendetta "Fuimos somos y seremos". El resultado no pudo ser mejor y me ha encantado volver principios del siglo XIX y poder cantar desde un rincón de una oscura taberna de New Orleans las correrías de ese viejo Bribón, pero bueno... que sea el propio Patxi el que os cuente su historia:



Yo soy Jean Lafitte
por Patxi Irurzun
La historia, ya se sabe, está escrita siempre por lo vencedores. A los demás nos quedan los cuentos, las leyendas, la poesía… Y las canciones. La historia de Jean Lafitte, un pirata, un libertario, alguien que nunca fue vencido ni sometido, no tiene, pues, dueño, y por eso algunos afirman que nació en Baiona, donde nacían, entre montañas azules y mares verdes, los corsarios, y otros que lo hizo en Haití, o en Nueva Orleans, junto a la casa del sol naciente, allá donde se hizo pirata. En nuestra canción Jean Lafitte es sin lugar a dudas un pirata vasco, porque los vascos, como diría Marc Legasse, nacen donde quieren, allá donde sobre sus cabezas no haya una bota ni la sombra amenazante de una bandera ondeando (incluso si esa bandera es la propia bandera). Jean Lafitte es vasco como lo son Buenaventura Durruti, The Clash o Emiliano Zapata.
Como a la de tantos otros piratas, a la cabeza de Jean Lafitte le pusieron precio los que escriben la ley (o lo que es lo mismo, la historia), aquellos que no entienden que hay cosas como la libertad a las que no se puede poner precio. Puestos a poner precio, Jean Lafitte doblaba el valor de la recompensa y ofrecía 1500 guineas a quien le trajera la cabeza del gobernador de Nueva Orleans. 1500 y un barril de ron.
Las tripulaciones piratas las componían casi siempre los desheredados de la tierra, los muertos de hambre, los marginados, los descreídos, los malditos, los nadies, aquellos que solo podían vivir, a los que solo dejaban vivir en el mar, donde no existían fronteras ni dueños ni credos ni otra ley que la de las mareas, el viento, el sol y las tormentas. Los piratas únicamente bajaban de sus barcos para despojar a los poderosos y a quienes agachaban la cabeza ante ellos o, en ocasiones, para intentar fundar sociedades libertarias. Cofradías de piratas, como los hermanos de la costa, intentaron establecerse en tierra, en pequeñas islas como Tortuga, y vivir rigiéndose por una especie de socialismo utópico, algo impensable en el seno de las naciones. Los piratas nombraban a sus propios capitanes, repartían equitativamente los botines, gozaban de libertad para abandonar la hermandad…  (se adelantaron, persiguiendo el sol, a su época, aunque tampoco lograron desprenderse de otros lastres de la suya, y en las sociedades piratas las mujeres no tenían ningún derecho, y los esclavos no eran personas sino parte del botín —el propio Lafitte fue en alguna ocasión traficante de esclavos, pero eso es lo que cuenta la historia, y no nuestra canción—).
La isla Utopía de Jean Lafitte se llamó Barataria, un pequeño reino que estableció en la bahía de Nueva Orleans, en la desembocadura del Misisipi, entre las ciénagas, los caimanes y los hombres libres y salvajes. No es casualidad que Barataria sea también el nombre de la isla cuyo gobierno otro idealista, otro vasco, Don Quijote, ofreció a su escudero. Ni tampoco que Lord Byron, el poeta romántico, el inquieto revolucionario, se inspirara en Jean Lafitte para escribir su poema ‘El Corsario’. Como no lo es que haya quien afirme que buena parte de lo obtenido por nuestro pirata en los abordajes fuera a parar a una cuenta de un banco en París abierta a nombre de unos jóvenes desconocidos llamados Karl Marx y Friedrich Engels para sufragar la edición de un libro titulado “El manifiesto Comunista”.
Hay decenas de leyendas atribuidas a Jean Lafitte: hijo de una judía española sefardí perseguida por la Inquisición, dandi y vividor en Luisiana, cartógrafo en Arkansas, desaparecido misteriosamente en la península de Yucatán… Probablemente el propio Lafitte, antes de que otro escribiera su historia por él, se encargó de lanzar al viento todas esas leyendas, para que los demás lo recogiéramos y las recreáramos y con ellas un mundo que nos pertenezca y que nunca puedan arrebatarnos. Para que reescribiéramos nosotros la historia con nuestros cuentos, nuestras poesías… Y con nuestras canciones.

               Blog de Patxi Iruruzun : http://ajustedecuentos.blogspot.com