Hace tiempo que tenia una asignatura pendiente: ir al Museo del Prado para ver uno de mis cuadros favoritos "El triunfo de la muerte" del pintor flamenco Pieter Brueghel, El Viejo.
Fueron varias las horas que pase admirando este cuadro plasmada en una vieja portada de un disco de grandes éxitos de Black Sabbath. Los pequeños detalles: "Se alzan mástiles coronados por ruedas, picotas en las que se ajusticia
a criminales; sus cadáveres se balancean. Hay una cruz, solitaria e
impotente en el centro de la pintura, y la Muerte avanza con batallones
de esqueletos; sus escudos son tapas de ataúdes y conducen a la gente a
un ataúd que es un túnel decorado con cruces; un esqueleto a caballo
destruye personas con su guadaña. Por todas partes son atacados los
desamparados hombres; aterrorizados huyen o intentan en vano luchar. No
hay defensa posible, los esqueletos matan de muy variadas maneras:
cortando gargantas, colgándolos, ahogándolos, e incluso cazándolos con
perros esqueléticos".
Vamos todo alegría este lienzo; angustioso como el solo, pero FASCINANTE. Toda una experiencia llegar a tenerlo delante de mis narices durante unos momentos.
He hecho varias visitas por Madrid a lo largo de estos años, incluso varias veces en un año, pero siempre dentro de la espiral musical, o sea viaje, tocar en una sala, echar unos tragos con la banda y callejear por la noche Madrileña. Esta vez me apetecía empaparme de arte y visitar los museos de la city a conciencia.
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Louise Bourgeois |
Lo primero que me llamo la atención a mi llegada a los madriles fue que creo que no vi ni una sola sede bancaria que no había sido atacada con roturas o pintadas en sus fachadas por todo el centro de la ciudad. Se respira en el ambiente lo jodida que esta la cosa por esos lares.
Nuestro primer punto de encuentro fue La Casa Incendiada. Ese día había un exposición de la escultora francesa Louise Bourgeois. Allí tras una birrita de rigor con su respectiva tapa (que gran invento eso de las tapas deberían tomar nota los hosteleros norteños), disfrutamos de las obras de Louise.
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Dos viejos comiendo sopa |
Al día siguiente tocaba el Prado. Después de pasar el día callejeando por el centro escogimos la opción de ir al museo por la tarde a la visita gratuita. Una vez dentro disfrute mucho con mi admirado "El triunfo de la muerte" y "El jardin de las delicias" del Bosco; todo el material de Goya en especial las pinturas negras y los fusilamientos de el 3 de Mayo y como no, las Meninas de Velazquez.
El domingo estuvo dedicado a la caza del vinilo por el rastro del barrio la Latina y para visitar el museo Reina Sofia y poder ver por fin el Gernica de Pablo Picasso en todo su esplendor, junto a todo lo que había por ahí de Salvador Dalí, entre otras cosas.
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Años Luz |
Para terminar una exposición AÑOS LUZ de Eugenia Balcells, un viaje hacia la memoria del universo:"Una memoria que se inicia en los cuerpos celestes y se recoje en el interior de las particulas elementales que constituyen la materia.En un canto a la conplejidad de la luz que crea vida a su paso.Es una ocasion para recordar que todo lo que existe fue un dia puro polvo de extrellas.". Me gusto especialmente el apartado dedicado a las frecuencias y sonidos del universo, eso sí, dentro del recinto hacia un frió casi como en el espacio exterior, lo que hizo nuestra visita un poco relámpago.
A eso de las 19:00 de la tarde partimos para la vieja Iruña con las piernas destrozadas y unas agujetas enormes pero satisfechos de nuestra escapada cultural... A repetir.